Realizarán en Cuba primera beatificación

Por ANNE-MARIE GARCIA /LA HABANA,/ AP.- Por primera vez la Iglesia católica proclamará un beato en territorio cubano, el fraile José Olallo Valdés, religioso de la Orden de los Hermanos de San Juan de Dios.
El cardenal José Saraiva, que dirige la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano, presidirá en la ciudad de Camagey la misa de beatificación en la que se declarará canónicamente que el Padre Olallo es un beato, explicó un comunicado del arzobispado de esa ciudad.
La beatificación, que tendrá lugar el 29 de noviembre, es un acto previo a la canonización y después a la santidad.
Este será el primer acto de esta naturaleza realizado en Cuba aunque Olallo no será el primer cubano beatificado. El año pasado se proclamó la beatificación del diácono agustino José López Piteira, natural de Jatibonico, provincia central de Ciego de Avila, quien fue fusilado en 1936 durante la guerra civil de España, país donde vivió casi toda su vida.
``Olallo tenía que ser reconocido porque Cuba lo necesitaba. Cuba merece un santo... Olallo es hoy la bendición de Dios para Cuba'', afirmó el sacerdote Félix Lizaso, postulador general de la Orden, en una entrevista a Palabra Nueva, revista mensual de la Arquidiócesis de La Habana.
Una ``curación inmediata'' de una niña de tres años llamada Daniela Cabrera Ramos y atribuida a la intercesión de Olallo es el milagro que le permitió alcanzar el primer paso en el camino a la santidad, según el sacerdote Lizaso, hermano hospitalario de San Juan de Dios.
``El rito de beatificación se realizará con la presencia de los restos mortales del Padre Olallo... y al final serán trasladados en peregrinación hasta la iglesia de San Juan de Dios'', agregó el comunicado.
Lizaso explicó que a los países que todavía no tienen ningún santo ``debe dárseles prioridad a fin de que posean un modelo de santidad''. Además recalcó el rigor del proceso de investigación que inició Lizaso mismo a su llegada a Cuba en 1989 y fue basada en escritos del siglo XIX y en anécdotas orales.
El Padre Olallo nació en 1820 en La Habana y falleció en Camagey a los 69 años. Este Hermano Hospitalario de San Juan de Dios alcanzó ``fama de santidad por sus virtudes y acciones humanitarias a favor de los pobres, enfermos y necesitados'' expresó Lizanso.
La Iglesia de Camagey inició la Causa de Olallo en 1989 cuando se cumplió el centenario de su muerte.
A los padres de la pequeña Daniela que padecía de un grave linfoma los médicos le habían dicho ``lo sentimos, esta enfermedad cuando llega, viene para matar'', contó Lizaso.
El padre de la pequeña tenía fe y ``con fervor le pedía a Olallo para que intercediera por ella... Tras la oración sentida y la fe sólida, se produjo el milagro de la curación: la niña orinó, la inflamación comenzó a bajar, y su coloración volvió a ser la de antes. El tumor desapareció'', agregó Lizaso.
En marzo del 2000 después del Proceso Diocesano presidido por monseñor Juan García, actual arzobispo de Camagey, con la participación de un tribunal y numerosos testigos, se promulgó el decreto en el que se afirma que ``la curación de la niña Daniela Cabrera Ramos es verdadero milagro, obrado por Dios ante la intercesión del Venerable José Olallo Valdés'. Olallo sería beatificado'', explicó Lizaso en la entrevista.
Tras casi 20 años de investigación, Lizaso aseguró que Olallo le dio ``más esencia a mi vocación y a mi consagración como religioso, a mi existencia como hermano de San Juan de Dios''.
El proceso de beatificación del padre Olallo se hizo durante el pontificado de 27 años de Juan Pablo II, el Papa que más personas beatificó, 1.338, además de canonizar a 48.
Lizaso consideró que ``Olallo es un signo para este país, un modelo de caridad para la Iglesia católica, un signo de ayuda al pueblo'' y auguró que ``será muy pronto canoniza... porque es grande la devoción que le tiene el pueblo, y esa devoción seguirá''.
El papa Juan Pablo II visitó Cuba en enero de 1998 y diez años después, a inicio del presente año, Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, vino a la isla.
El Vaticano mantiene relaciones con La Habana desde 1935 y los nexos no se interrumpieron ni siquiera en los años sesenta cuando la Iglesia católica se enfrentó con el gobierno de la Revolución que triunfó en 1959 con Fidel Castro a la cabeza.