miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿Cómo se consiguen los colores de los fuegos artificiales?


Qué bonitos! ¡Y qué colores! Y un buen curioso, además de disfrutar del espectáculo, se pregunta: ¿cómo se consiguen esos colores?
Los fabricantes agregan a las mezclas explosivas determinados compuestos químicos que emiten luces de colores cuando sufren la acción del calor.
Cuando los átomos del compuesto absorben el calor producido por la explosión de la pólvora, aumentan su velocidad. Los electrones, que se mueven ahora mucho más rápidamente por la energía recibida, intentan recuperar su estado energético original, que recibe el nombre de estado fundamental o de mínima energía.
La manera más sencilla que tiene el electrón de deshacerse de ese sobrante energético es por medio de un destello luminoso. Y cuando un número elevado de electrones se desprende del sobrante al unísono observamos un destello muy brillante.
Distintos átomos y distintas moléculas emitirán en diferentes longitudes de onda, y aunque la mayoría corresponden a la parte no visible del espectro luminoso (infrarroja, ultravioleta…), otros emiten luz de distintos y brillantes colores que nuestros ojos pueden percibir.
El estroncio es el elemento empleado para el color rojo de un carmesí pálido, el calcio para el rojo amarillento y el litio para el carmín.
El sodio produce un tono amarillo puro y brillante.
Con el bario se obtiene un tono verde amarillento, con el cobre un verde esmeralda, con el telurio un verde hierba, con el talio un verde azulado y con en cinc un verde blanquecino.
Con el cobre se producen destellos celestes y con el arsénico, plomo o selenio, azules pálidos.
Con el cesio se logra la luz púrpura, con el potasio el magenta y con el rubidio el violeta.

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