NUEVA YORK._ Después de una intensa búsqueda, las autoridades policiales y judiciales del poblado de Tom Rivers (New Jersey), capturaron al peligroso pandillero Lee Reeves (20 años de edad) apodado “KAOZ” y quien asesinó a la dominicana Athelma Vázquez de 55 años de edad para silenciarla como testigo estrella de la fiscalía en un expediente en el que el acusado y tres de sus cómplices tiene docenas de cargos criminales.
Reeves de 20 años de edad está incriminado junto a otros tres gangueros quienes fueron hallados culpables por el asesinato en una peluquería de Francisco Olivares, una mujer y un niño en un juicio que concluyó el martes en la tarde y después de asesinar a Vázquez, intentó ultimar también a una hija de la víctima identificada como A. V. de 17 años de edad y al novio de ésta Cristian Granados Vivar. Ellos, están ahora bajo el programa de protección a testigos federales. “Están en la clandestinidad”, según dijo la fiscal del condado “Ocean” Marlene Lynch Ford.
La occisa tenía 55 años de edad cuando fue liquidada por el pandillero en su casa de la comunidad rural de Manor. Al bandolero se le impuso una fianza de $2 millones de dólares, mientras la jueza Barbara Ann Villano le asignó un abogado de oficio para su defensa.
La detención del pandillero se produjo en la avenida Maple en el poblado de Lakewood a eso de las 10 de la noche del lunes y actuaron agentes de la policía, del Departamento de Justicia y de la oficina del sheriff. Su arresto se hizo horas después que sus tres cómplices fueran convictos por el asesinato de una peluquera en Lakewood en el 2006 y el juicio se extendió por cinco semanas.
Los pandilleros, todos sindicados por la fiscalía como miembros de la banda “Bloods” (Sangrientos) son Tyleek Baker, James Russell y Soct Jamal. Los asesinatos en la peluquería fueron perpetrados el 7 de febrero del 2006.
Vivar Granados fue uno de los testigos claves en el caso. Declaró que los gangueros entraron a la peluquería a eso de las 4:30 PM y dispararon cinco veces en la cabeza a Olivares y las otras víctimas delante de los clientes que abarrotaban el establecimiento.
La hispana fue ultimada el 14 de octubre, sólo horas después que la peluquera fuera asesinada. La fiscal dijo que las intenciones del pandillero eran las de asesinar a toda la familia Vázquez, pero la hija de la víctima y su novio estaban en otra habitación. La funcionaria judicial estima que probablemente la pistola 9 mm usada por el ganguero no le funcionó bien cuando trató de liquidar a los otros dos.
La policía de Tom Rivers dijo que Athelma Vázquez fue impactada por tres balazos. Explicó la fiscal que la detención de Reeves fue sólo una coincidencia al ser preguntada sobre el arresto a pocas horas de terminar el juicio contra los otros tres pandilleros.
El periódico Asbury Park Press dijo en su edición de hoy que la víctima del pandillero era una inmigrante dominicana que se dedicó a trabajar muy duro en los Estados Unidos para levantar una familia. Agrega el rotativo que en el compelo de apartamentos donde residía la muerta, todavía hay miedo entre los inquilinos que prefieren no dar sus nombres cuando hablan públicamente sobre el asesinato de la dominicana.
Francotiradores de la policía y el sheriff fueron aportados en azoteas de edificios y residencias próximas a la corte como medidas preventivas y la seguridad fue reforzada en todos los perímetros alrededor del tribunal.
Reeves de 20 años de edad está incriminado junto a otros tres gangueros quienes fueron hallados culpables por el asesinato en una peluquería de Francisco Olivares, una mujer y un niño en un juicio que concluyó el martes en la tarde y después de asesinar a Vázquez, intentó ultimar también a una hija de la víctima identificada como A. V. de 17 años de edad y al novio de ésta Cristian Granados Vivar. Ellos, están ahora bajo el programa de protección a testigos federales. “Están en la clandestinidad”, según dijo la fiscal del condado “Ocean” Marlene Lynch Ford.
La occisa tenía 55 años de edad cuando fue liquidada por el pandillero en su casa de la comunidad rural de Manor. Al bandolero se le impuso una fianza de $2 millones de dólares, mientras la jueza Barbara Ann Villano le asignó un abogado de oficio para su defensa.
La detención del pandillero se produjo en la avenida Maple en el poblado de Lakewood a eso de las 10 de la noche del lunes y actuaron agentes de la policía, del Departamento de Justicia y de la oficina del sheriff. Su arresto se hizo horas después que sus tres cómplices fueran convictos por el asesinato de una peluquera en Lakewood en el 2006 y el juicio se extendió por cinco semanas.
Los pandilleros, todos sindicados por la fiscalía como miembros de la banda “Bloods” (Sangrientos) son Tyleek Baker, James Russell y Soct Jamal. Los asesinatos en la peluquería fueron perpetrados el 7 de febrero del 2006.
Vivar Granados fue uno de los testigos claves en el caso. Declaró que los gangueros entraron a la peluquería a eso de las 4:30 PM y dispararon cinco veces en la cabeza a Olivares y las otras víctimas delante de los clientes que abarrotaban el establecimiento.
La hispana fue ultimada el 14 de octubre, sólo horas después que la peluquera fuera asesinada. La fiscal dijo que las intenciones del pandillero eran las de asesinar a toda la familia Vázquez, pero la hija de la víctima y su novio estaban en otra habitación. La funcionaria judicial estima que probablemente la pistola 9 mm usada por el ganguero no le funcionó bien cuando trató de liquidar a los otros dos.
La policía de Tom Rivers dijo que Athelma Vázquez fue impactada por tres balazos. Explicó la fiscal que la detención de Reeves fue sólo una coincidencia al ser preguntada sobre el arresto a pocas horas de terminar el juicio contra los otros tres pandilleros.
El periódico Asbury Park Press dijo en su edición de hoy que la víctima del pandillero era una inmigrante dominicana que se dedicó a trabajar muy duro en los Estados Unidos para levantar una familia. Agrega el rotativo que en el compelo de apartamentos donde residía la muerta, todavía hay miedo entre los inquilinos que prefieren no dar sus nombres cuando hablan públicamente sobre el asesinato de la dominicana.
Francotiradores de la policía y el sheriff fueron aportados en azoteas de edificios y residencias próximas a la corte como medidas preventivas y la seguridad fue reforzada en todos los perímetros alrededor del tribunal.
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