jueves, 13 de noviembre de 2008

Alaba a “Tirofijo” pero critica su estrategia y secuestros



La Habana, (EFE).- El ex presidente cubano Fidel Castro alaba al fallecido guerrillero colombiano “Tirofijo”, pero asegura que discrepó de su estrategia y critica los secuestros y el trato que da su grupo rebelde a los prisioneros, según su último libro, que circula desde hoy en La Habana y en Internet.
“Yo discrepaba con el jefe de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) por el ritmo que asignaba al proceso revolucionario (...) su idea de guerra excesivamente prolongada”, explica el líder cubano en “La paz en Colombia”, que puede leerse en el sitio oficial www.cubadebate.cu.
“Su concepción de crear primero un ejército de más de 30.000 hombres, desde mi punto de vista -sigue Castro-, no era correcta ni financiable para el propósito de derrotar a las fuerzas adversarias de tierra en una guerra irregular".
No obstante, admite que “Tirofijo”, también conocido como “Manuel Marulanda”, llamado realmente Pedro Antonio Marín y fallecido en marzo pasado, “hizo cosas extraordinarias con unidades guerrilleras que, bajo su dirección personal, penetraban en la profundidad del terreno enemigo".
“En una ocasión -detalla-, estuvo dos años recorriendo la mitad de Colombia con una unidad de 40 hombres".
Según el libro, en el que dice haber invertido “más de 400 horas de intenso trabajo”, Castro admira “la firmeza revolucionaria” de Marín “y su disposición a luchar hasta la última gota de sangre".
“La idea de rendirse nunca pasó por la mente de ninguno de los que desarrollamos la lucha guerrillera en nuestra patria (...) jamás un luchador verdaderamente revolucionario debe deponer las armas. Así pensaba hace más de 55 años. Así pienso hoy”, reafirma el líder cubano.
Pero las FARC “nunca cercaron ni obligaron a la rendición a batallones completos (...) experiencia que nosotros llegamos a conocer”, compara el ex presidente de 82 años, que no aparece en público desde julio de 2006 por razones de salud.
Recuerda su “oposición a cargar con los prisioneros de guerra, a aplicar políticas que los humillen o someterlos a las duras condiciones de la selva”, porque “de ese modo nunca rendirán las armas, aunque el combate estuviera perdido".
“Tampoco estaba de acuerdo con la captura y retención de civiles ajenos a la guerra”, agrega Castro, y explica que se opuso a cargar con rehenes porque “restan capacidad de maniobra a los combatientes".
Castro dice que “Tirofijo” y él tuvieron en común “la ausencia inicial de una ideología revolucionaria”, porque “nadie nace con ella”, y tampoco tenían un programa para hacer realidad la construcción del socialismo.
El libro contiene severos ataques a Estados Unidos, país al que acusa de haber intervenido durante más de un siglo y medio en los asuntos internos de América Latina, arrebatando territorios, saqueando los recursos naturales, agrediendo su cultura e imponiendo un intercambio desigual.
“Durante los últimos 50 años, los golpes militares y las tiranías sangrientas, promovidos por Estados Unidos, han significado cientos de miles de desaparecidos, torturados y asesinados en Centro y Suramérica”, afirma.
Al presidente George W. Bush, que dejará en enero la Casa Blanca, le achaca “negligencia” y “deficiencias de los cuerpos de seguridad de su gobierno” en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Sobre el narcotráfico, afirma que lo originó la “enorme demanda en Estados Unidos, cuyas autoridades nunca se decidieron a combatirlo con energía, mientras asignaban esa tarea únicamente a los países donde la pobreza y el subdesarrollo impulsaban a masas de campesinos a cultivar la hoja de coca o la amapola".
Relata que el segundo jefe de las FARC, alias “Raúl Reyes”, abatido en Ecuador en marzo pasado, le contó a José Arbesú, jefe del departamento de América del Comité Central del gobernante Partido Comunista de Cuba, que el gobierno norteamericano contactó a ese grupo rebelde colombiano “para luchar contra las drogas".
"'Era lo único que les interesaba', dijo Reyes”, según el libro, y Castro comenta- "¡Para pedirle tal 'cooperación' las FARC no eran terroristas!".

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