lunes, 17 de noviembre de 2008

Abuela menores asesinados en Los Alcarrizos intenta suicidarse; familia se muda y hermanitos no asiste a escuela

María Eugenia del Pozo

SANTO DOMINGO.- La familia de los dos niños violados y asesinados hace 21 días por su tío en Los Alcarrizos huye del dolor mudándose a un cuartucho en Los Guarícanos, pero la pena sigue intacta.
Los menores sobrevivientes a la tragedia no asisten a la escuela, la madre no tiene empleo y la abuela ha intentado suicidarse, por lo que además de la pérdida de los infantes tienen la preocupación de ser una carga para Joaquina Feliz, única persona que se preocupa por su sustento.
La mudanza se produjo el pasado miércoles, por decisión de Joaquina, tía del agresor y hermana de la abuela de los niños asesinados, que pese a estar desempleada alquiló una habitación cerca de su casa para la familia, donde apenas tienen una cama para dormir los cuatro.
El pasado lunes 27 de octubre Noel Tulio Feliz, de 28 años, violó y posteriormente quitó la vida a sus dos sobrinos en la pequeña vivienda donde vivían.
Elsa Feliz, madre de Noel Tulio Feliz, y abuela de los pequeños dijo que su otro hijo de 14 años y su pequeña nieta de cinco narran a cada momento aquel episodio, y que temen volver a ese lugar “por miedo a que los maten igual que a los otros niños”.
“La niña quedó con unos nervios que se hace pipi en la cama”, señaló.
Mientras que Joaquina hermana de Elsa Feliz, comenta que “la familia no está muy bien, a mi hermana tuvimos que traerla porque el ambiente en que estaba no le ayudaba mucho, por varios momentos intentó suicidarse e irse de la casa”, indicó.
La tristeza se manifiesta en los pequeños, y al hablar del hecho las madres se mostraron sin ánimo. Eloiza Feliz, madre de los niños asesinados solo pidió ayuda psicológica para todos ellos.
“Lo que pasó le ha hecho mucho daño emocionalmente, por lo que no ha podido ir a verle a la cárcel, no se siente con ánimo”, indicó Joaquina Feliz, al referirse a la actitud de su sobrina.
Sobre Noel Tulio Feliz, Joaquina Feliz dijo que era una persona servicial, amable, le ayudaba a su mamá, “no mostraba ningún tipo de agresividad, por lo tanto no pensaban que podía hacerle daño a su familia, sin embargo tenía unos cinco años padeciendo problemas mentales.
Dijo que hasta el momento no saben nada de él y que teme por el adolescente de 14 años al cual lo nota “muy apático y callado”.
“Me mortifica, porque no se desahoga, algo le va trabajando por dentro”, agregó.
Por otro lado dijo que desconoce hasta cuando podrá sustentar esa familia, pues su estadía en esa habitación alquilada “es por un tiempo”, y dudan poder regresar a su antigua vivienda, la cual permanece cerrada y con un letrero fuera que dice “se vende”.

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