Santo Domingo/El caribe/Por Oscar Quezada-A pesar de la inquietud expresada por sectores de la sociedad, que exigen mayor control oficial en la utilización de armas de fuego en manos de la población, en lo que va de año, la Secretaría de Interior y Policía ha emitido 55 mil 435 nuevas licencias para tales fines.
Tomando en cuenta que para junio del 2006 el secretario de Interior y Policía, Franklin Almeyda Rancier, decía que había 157 mil personas autorizadas para portar armas de fuego, y que desde el primero de enero hasta la fecha se ha otorgado un promedio mensual de 6 mil 159 licencias (o 205 diarias), la gran cantidad de ciudadanos con pistolas, revólveres, escopetas y otras variedades de armas, resulta una situación preocupante para la Iglesia católica, medios de comunicación y sectores organizados de la sociedad civil.
Lo anterior significa que de continuar el carnaval de permisos para porte y tenencia de armas y faltando tres meses para finalizar el presente año, Interior y Policía podría terminar el 2008 con 73 mil 912 licencias otorgadas a civiles, casi la mitad del total de armas existentes en la población hasta el año 2006.
El dato revelado por el departamento de Control de Armas del ministerio de Interior y Policía refuerza la tesis de quienes entienden que en República Dominicana el negocio de venta de armas de fuego supera con creces las preocupaciones y quejas reiteradamente expresadas, por las desgracias y tragedias que cada día degeneran del uso indiscriminado y descontrolado de estos artefactos militares.
El sacerdote Luis Rosario, coordinador de la Pastoral Juvenil de la Iglesia Católica y uno de los principales propulsores del desarme total de la población civil, vuelve a recordar las razones por las que al Gobierno no le interesa ponderar las demandas de los que apuestan a una sociedad libre de amenazas y temores derivados de la proliferación de armas de fuego.
El religioso entiende que los primeros que resultarían afectados por esta situación son las propias autoridades, muchas de los cuales andan armadas “hasta los dientes”, incluso con armas de guerra, como fusiles M-16 y metralletas Uzi.
El padre Rosario refiere igualmente el impacto que produciría si las críticas a la enorme cantidad de armas en manos de civiles llegaran a neutralizar los ingresos fiscales que percibe el Gobierno por la expedición de permisos para porte y tenencia, que ascienden a sumas millonarias.
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