martes, 19 de agosto de 2008

En el bosque y sin papeles


BBCMundo-El desalojo de un grupo de hombres sin techo de un terreno del condado de Ocean, en el estado de Nueva Jersey, hubiera pasado desapercibido si no hubiese sido por un detalle: más de la mitad de ellos hablaban español, decían haber venido de México y le explicaron a quien quisiera oírlos que no tenían papeles.
"Tenían hasta una bandera de México", le contó a BBC Mundo Jill Pérez, del Departamento de Servicios Humanos del condado.
Según la prensa local, también tenían unas cuantas gallinas y hasta algunos pequeños cultivos de hortalizas. La mayoría de ellos hacía trabajos eventuales como jornaleros en jardinería y otras tareas.
Este "campamento" estaba en las afueras de la localidad de Lakewood, muy cerca de un depósito de agua potable. Según las autoridades, el desalojo se produjo por razones de salubridad.
Algunos testigos aseguran que el condado no se ocupó de la gente que vivía en ese lugar hasta que empezaron a llegar los indocumentados.
La historia de este grupo de personas no habría llegado más allá de la prensa local de no haber ocurrido en medio del feroz debate sobre la inmigración de indocumentados que vive Estados Unidos por estos días y que tiene al país dividido entre los que abogan por una solución para los que ya están aquí y los que quieren que se vayan.
La noticia tampoco hubiera trascendido, si no hubiera situaciones similares en otros lugares del estado.
Vivir en el cementerio
O hacemos que la gente venga bajo ciertos parámetros o tenemos que ver qué hacemos con los que ya están aquí.
Jill Pérez, Condado de OceanA diferencia de Lakewood, donde el desalojo se produjo sin mayores inconvenientes, los diarios de North Bergen, también en Nueva Jersey, reflejan la preocupación de los vecinos por la existencia de una comunidad de indocumentados que vive en el cementerio local.
Según algunos informes, en el camposanto viven más de 100 personas. En las últimas semanas una mujer fue violada en el lugar y otra mujer que fue a visitar una tumba fue víctima de un robo, según los medios de la zona.
"Casi todos son hombres latinos", escribe un reportero de la zona que asegura haber contado 135 personas dentro del cementerio -algunas durmiendo, otras haciendo sus necesidades, otros más drogados o borrachos- en un espacio de cuatro horas.
Algunos vecinos culpan del problema a la iglesia local, que tiene un programa de alimentación para los desamparados en el que se ofrecen tres comidas al día. El alcalde y la policía local dicen que no pueden hacer nada sin el apoyo del gobierno federal.

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