jueves, 21 de agosto de 2008

Difamación en Internet ; "Puede salir muy caro ante la justicia"


Santo Domingo-“Hola a todos, han estado circulando varios mail con la advertencia de una “tipa” que va a (establecimiento omitido), primero te mete conversación, te pide un trago y después de que cojas confianza te insinúa que la lleves a una cabaña para sostener relaciones sexuales, ya al final de todo te dice: Felicidades, tengo sida. La “tipa” se llama (nombre omitido) y es clienta de establecimientos (omitidos)”.
El mensaje, recibido por correo electrónico, muestra también fotografías de la mencionada persona, con el mensaje: “Por favor, si eres de (nombre del sector omitido) haz circular este correo. si no quieres que uno de tus amigos sea uno más, pasa este mail a todos tus contactos y pídeles que lo reenvíen”.
Con realizar esto, un usuario puede ser cómplice de una nueva forma de delito a través de la Internet: la difamación electrónica. Y resulta que, entre las muchas utilidades que tiene este medio de información y comunicación, también está el lado oscuro de personas que se basan en el anonimato para destruir reputaciones.
Las leyes dominicanas, en especial el Código Penal, el Código de Procedimiento Penal y la ley de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, castigan todo acto de difamación, injuria, atentado e intento de atentado contra la integridad moral y física de las personas.
Aparte de esto, y de manera simultánea, se puede interponer una demanda en daños y perjuicios en virtud del Código Civil.
No importa dónde esté la persona, las leyes castigan dichos actos y las autoridades pueden perseguirle. Tampoco importa mucho que se hagan de manera anónima, “ya que todo lo que se hace en la Internet es perfectamente rastreable”.
La cita es de Enedina Pereyra, abogada y blogger dominicana (bracuta.blogspot.com), quien hace unos años fue víctima, junto a otras personas, de un “ataque frontal”. Aunque, según explica, había sido previamente objeto de difamación a través de la Internet, hubo un caso en particular que la llevó a tomar acciones.
En particular, se refiere a una persona -o grupo- que creó un blog “en el cual se encargaron de hacer ataques personales”, no sólo a ella, sino también a un grupo de bloggers que “para ese momento estábamos teniendo cierta relevancia en la blogósfera dominicana”.
“En mi situación, esta persona no sólo hacía publicaciones ofensivas sobre mi persona y mis publicaciones, sino que llegó al punto de amenazar mi integridad física, diciéndome en uno de ellos que si me encontraba en la calle me iba a ‘caer a batazos’, lo que me llevó a temer por mi seguridad”.
La situación la obligó a dirigirse al Departamento de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología (Dicat) en la Policía Nacional, pruebas en mano. “Llevé todos los artículos que esta persona hizo difamándome, los e-mails que me envió y los comentarios hechos de manera anónima”, no sólo en su blog, sino en otros.
Aunque al principio, confiesa, estaba “medio reacia” y sin mucha fe en que su solicitud de investigación trajese algunos resultados, sobre todo por el hecho de que los comentarios habían sido realizados de forma anónima y “estaba segura que rastrear las direcciones y los lugares a través de los cuales dicha persona había accedido a la Internet para hacer esas publicaciones iba a ser casi imposible”.
Sin embargo, tiempo después de su denuncia fue contactada por el Dicat y “bajo estricta confidencialidad” le informaron los pasos que la entidad policial había tomado y le enseñó -sin entregársela, porque era una investigación en curso- la información que Pereyra quería obtener, “diciéndome que si quería proceder en Justicia contra esa persona sólo debía presentar una querella, entregarles a ellos una copia de la misma y después ellos se encargarían del resto”.
Aunque en este caso el asunto no pasó a mayores, sobre todo por la decisión de Enedina, quedó “la tranquilidad” de saber quien era la persona que le estaba difamando y “la felicidad” de saber que “nuestros organismos sí funcionan y que si en algún momento decido tomar acciones en contra de esa persona lo puedo hacer con la plena tranquilidad de que la Justicia va a responder”.
Ecos de Bani

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