Santo Domingo Este. R.D/El Nuevo Diario-. Un hombre que viajaría hacia la ciudad de Miami a las 10:00 de la mañana, fue interceptado por dos delincuentes que lo apuñalaron, mortalmente en el costado derecho para robarle la maleta de viaje creyendo que tenía algo de valor. Diógenes Calderón de 75 años cayó apuñalado frente al edificio de apartamentos 104, donde vive la señora Dolores su ex -esposa y con quien mantenía vínculos muy amistosos, al punto que una hija de esta Milagrito era quien lo llevaría al Aeropuerto.
La esposa de Diógenes dijo que él había salido a las 6:35 de la casa de la avenida Sabana Larga 138 parte atrás donde vivía, rumbo a la Casa numero 104 de la Masonería en el Ensanche Ozama donde vive doña Dolores junto a sus hijas.
De acuerdo a informaciones recabada los supuesto matadores de nacionalidad haitianas, fueron escuchados corriendo arrastrando la maleta, y diciendo ¡corre corre! que nos van a perseguir rumbo a la avenida Venezuela por la calle curazao.
Mientras que Idris Paulino que vive en el mismo edificio explicó que como a las 5.30 de la mañana llegó en un taxi de su trabajo en el Jaragua y le dijo al taxista que espera que ella entrara para ir se, al ver dos personas sospechosas de color merodeando.
Tal parece que se trata de las mismas personas que ultimaron a Diógenes que se habrían quedado esperando alguna victima para robarle o esperando que él llegara.
Al momento del robo Diógenes no tenía nada de valor dentro de la maleta ropas y una botella de ron que le llevaría al esposo de su hija en Miami y en una mano sostenía un Diario que al parecer iba leyendo cuando fue interceptado por sus matadores.
Cerca del cuerpo se encontraron algunas monedas de dólar que al parecer se cayeron, en el forcejeo con los matadores en medio de un charco de sangre.
Unidades de la Policía Nacional, de Homicidio se presentaron en la escena del crimen y una hora más tarde acudió una Ambulancia del instituto Nacional de Ciencias Forenses de la Procuraduría de la República, quienes se llevaron el cuerpo.
Las personas que se concentraron en el lugar del crimen, manifestaban su indignación y culpan a la justicia y al Código Procesal Penal de poner a los delincuentes en las calles con mucha facilidad, para que se cometan este y otros crímenes.
Mientras que los familiares y amigos, así como conocidos del señor Diógenes lamentaban el crimen por que este hombre, enfermo del Mal de Parkinson, no representaba una amenaza para ser asesinado de esa manera tan salvaje e inhumana.
Los vecinos y conocidos del muerto lo definieron como una persona muy buena, que no le hacía daño a nadie.
Autor: Ricardo Rojas Vicioso.
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